El ADN puede revelar valiosos consejos para aumentar la longevidad, adquirir una mejor calidad de vida y envejecer de forma activa y saludable. Es posible saber, por ejemplo, si una persona tiene una mayor predisposición genética al fotoenvejecimiento o, entonces, una menor retención de nutrientes esenciales para mantener la salud durante la “mejor edad”, y varios otros factores.
El autoconocimiento genético ayuda a adoptar hábitos que minimizan los riesgos hereditarios y potencian las ventajas presentes en el ADN.
Aliada a un estilo de vida saludable, la genética puede ser una gran compañera en el proceso natural de envejecimiento, ayudando a mantener la salud, el bienestar, la calidad de vida y la longevidad.
¿Por qué envejecemos?
El envejecimiento es un proceso natural de la vida, y estamos envejeciendo constantemente. Y si no hay escapatoria, tenemos que aprender a vivir con él y hacer el mejor uso de él. Es posible envejecer bien, de forma saludable, y alargar los años vividos con gran calidad.
Pero… ¿por qué envejecemos?
Según Ricardo di Lazzaro Filho, fundador y co-CEO de Genera, la ciencia no sabe cómo explicar exactamente por qué envejecemos, pero reconoce que ese es un proceso multifactorial, es decir, causado por la interacción entre varios factores, como el molecular mecanismos y teléfonos móviles, medio ambiente, estilo de vida y, muy influyente, la genética.
“Existen varios factores genéticos y ambientales que influyen en el envejecimiento, como la longitud de los telómeros, la senescencia celular, la acumulación de proteínas tóxicas en el organismo y el funcionamiento de las mitocondrias, el orgánulo encargado de proporcionar energía a las células”.
Datos sobre envejecimiento y longevidad en el mundo
Tanto el número de ancianos como la longevidad han aumentado en todo el mundo. Según un informe publicado por la ONU en julio de 2022, se espera que la proporción de la población mundial de 65 años o más aumente del 10 % actual al 16 % en 2050. La estimación es que será más del doble del número de niños menores de 5 años e igual al número de niños menores de 12 años.
En cuanto a la esperanza de vida global, este índice alcanzó los 72,8 años en 2019, lo que significa 9 años más con respecto a 1990. Para 2050, se estima que la longevidad global promedio será de 77,2 años.
De hecho, América Latina es la región de más rápido envejecimiento del mundo. Según estimaciones de la ONU, el 27,5% de la población latina tendrá más de 60 años para el año 2050.
¿Es posible envejecer saludablemente?
A pesar de las cifras anteriores, el aumento de la esperanza de vida no supone una mejora de la salud pública. A medida que envejecemos, somos más propensos a ciertas enfermedades y condiciones. Por ello, es necesario ser conscientes y autoconscientes para que podamos envejecer de forma saludable y tener calidad para disfrutar cada fase de la vida.
“La longevidad no es sinónimo de salud, porque vivir más no significa vivir con calidad de vida. Para una longevidad saludable, es importante la práctica de actividades físicas, reducir el estrés, la calidad del sueño, tener una dieta saludable y también la prevención o el diagnóstico precoz de enfermedades relacionadas con la edad”, dice Larissa Siqueira Penna, analista de investigación y Genera Desarrollo.
Envejecer saludablemente es tan importante que la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró esta década como la Década del Envejecimiento Saludable. La intención de la iniciativa es mejorar la vida de las personas mayores, sus familias y comunidades en todo el mundo.
“El envejecimiento saludable es un proceso continuo de optimización de la capacidad funcional y las oportunidades para mantener y mejorar la salud física y mental, promoviendo la independencia y la calidad de vida a lo largo de la vida”, explica la Organización Panamericana de la Salud, responsable de la agenda del Decenio del Envejecimiento Saludable en las Américas
Conocer nuestro ADN y características genéticas es una de las formas en que ponemos en práctica el envejecimiento saludable, ya que nos permite adoptar hábitos y prácticas que previenen o minimizan los efectos negativos del envejecimiento al que estamos genéticamente predispuestos.
La influencia del ADN en el envejecimiento y la longevidad
“El ADN influye mucho en el proceso de envejecimiento”, afirma Ricardo di Lazzaro. “La genética tiene un impacto en las mutaciones que ocurren en el ADN, lo que puede aumentar, por ejemplo, el riesgo de enfermedades como el cáncer”. Según Ricardo, algunos investigadores defienden que estas mutaciones son causas importantes del envejecimiento.
Expresiones de ADN a lo largo de la vida
Además, existen mecanismos epigenéticos. “Son interferencias de estímulos ambientales y químicos en la activación y silenciamiento de genes, es decir, en la forma en que se expresa el ADN, sin alterar necesariamente su secuencia genética. Este es uno de los principales factores de envejecimiento”, explica Ricardo.
El ADN se expresa de diferentes maneras a lo largo de los años. Algunos estímulos influyen en esta expresión, como lo que sucede con los genes responsables de los melanocitos, células que producen el pigmento que da color a la piel, los ojos y el cabello. La alteración en la expresión génica de los melanocitos puede hacer que estos dejen de producir pigmento, lo que explica el encanecimiento del cabello en la vejez.
Los genes de la longevidad
Los estudios de asociación de todo el genoma han identificado variantes asociadas con el envejecimiento en genes correlacionados con el mantenimiento celular y el metabolismo básico.
Larissa Penna, quien también es doctora en biología celular y molecular, explica que un ejemplo de esto son los genes TERT y RTEL1, que están involucrados en el mantenimiento de los telómeros. “Dependiendo de la variante que se presente en estos genes, una persona puede estar predispuesta a tener telómeros más largos y, en consecuencia, a un envejecimiento más tardío”.
Otras asociaciones entre la genética y el funcionamiento del organismo también influyen en la longevidad, según Penna: “un gen importante asociado con la longevidad es el APOE, cuya proteína codificada por él está implicada en el transporte de colesterol y otros lípidos a través del plasma y los fluidos intersticiales”.
La genética, sin embargo, es un área de la ciencia bastante nueva, y aún se están realizando numerosos estudios para descifrar el ADN. Cada día se anuncian nuevos descubrimientos, como la investigación que ha identificado la asociación de variantes en los genes STK17A y COA1 en personas centenarias.
“La función de estos genes aún no se conoce del todo, pero los estudios más recientes indican que STK17A trabaja en la regulación de la reparación génica, el control de los metabolitos oxidativos y la muerte celular. Su mayor expresión se asocia a una mejor reparación de los daños y a una mayor longevidad celular.
COA1 está implicada en la regulación de la actividad energética de las mitocondrias y en su comunicación con el núcleo celular y, de una forma aún no muy clara para la ciencia, su expresión reducida en algunos tejidos humanos contribuye a una mayor longevidad”, explica Gabriel Barcelos Martins, también analista de Investigación y Desarrollo de Genera.
Interacción entre factores genéticos y ambientales
Según Ricardo di Lazzaro, los expertos sostienen que la genética influye entre un 5% y un 25% en el proceso de envejecimiento y longevidad, siendo los factores ambientales los principales responsables.
El entorno tiene un mayor peso, pero influye directamente en la validación de las predisposiciones genéticas. Por ello, conocer las características del ADN es importante para cambiar hábitos y adoptar un estilo de vida que prevenga posibles enfermedades hereditarias, además de reducir los efectos negativos de la herencia genética y potenciar los positivos.
¿Qué puede revelar tu ADN sobre el futuro?
El ADN no es capaz de revelar el futuro, pero puede hacer algunas predicciones de acuerdo con algunos marcadores genéticos.
La prueba genética de Genera, por ejemplo, presenta un panel único sobre la influencia del ADN en el proceso de envejecimiento. Con él, es posible explorar algunos factores y predisposiciones, tales como:
- Fotoenvejecimiento: es el envejecimiento precoz de la piel inducido por los rayos ultravioleta del sol. Es el proceso por el cual la piel envejece más rápido. Factores como el tabaquismo, la contaminación y la exposición prolongada al sol pueden contribuir al envejecimiento de la piel, pero las variantes genéticas también pueden influir en la intensidad del fotoenvejecimiento.
- Calvicie: También conocida como alopecia androgenética, se considera la principal causa de la caída del cabello. Afecta principalmente a personas del sexo biológico masculino. Los niveles de hormonas sexuales y las variaciones genéticas están asociados con esta condición.
- Longevidad: además de los hábitos y el estilo de vida, los factores genéticos pueden influir en la esperanza de vida de una persona. Las variantes ubicadas en genes específicos pueden influir de forma independiente en la longevidad o verse influidas por variantes en otros genes.
- Longitud de los telómeros: Los telómeros son estructuras que protegen el ADN almacenado en los cromosomas. Disminuyen de tamaño con cada proceso de renovación celular y, cuando se vuelven demasiado pequeños, ya no pueden proteger el ADN, lo que afecta la división celular y conduce al envejecimiento celular. Algunas variantes genéticas se asocian con telómeros más largos y, en consecuencia, con un envejecimiento celular más tardío.
- Degeneración macular relacionada con la edad: Esta es una condición que afecta los ojos en una parte de la retina llamada mácula, lo que lleva a la pérdida progresiva de la visión. Es más común en personas mayores de 75 años. Es causada por la interacción de varios factores, como la exposición a la luz, el tabaquismo, la obesidad, las enfermedades cardiovasculares y también por variaciones genéticas.
Genética, salud y bienestar
En otros paneles de Genera sobre salud y bienestar, es posible encontrar varios otros factores genéticos que influyen directamente en la calidad de vida y el proceso de envejecimiento.
En el panel dedicado a explorar las características de la piel que están relacionadas con el ADN, por ejemplo, se destacan factores como el riesgo de desarrollar acné, la aparición de manchas y arrugas, la sensibilidad a los rayos ultravioleta del sol, la flacidez de los párpados y la capacidad antioxidante. evaluado. Conociendo estas características genéticas se pueden adoptar unos cuidados más específicos y personalizados para la salud y el aspecto de la piel, retrasando los efectos nocivos del envejecimiento.
| Leer más: ¿Cómo tu ADN puede ayudarte con el cuidado de tu piel?
En relación con la salud del organismo, la genética ayuda a entender qué vitaminas y nutrientes tiende a absorber mejor el organismo y cuáles suelen faltar, qué tipo de dieta es la más recomendable, a qué tipo de actividad física responde mejor tu organismo y cuáles son los riesgos y las predisposiciones genéticas para desarrollar distintos tipos de enfermedades, entre ellas algunas comunes a las personas mayores, como la osteoporosis, el infarto, la diabetes, el Alzheimer, el Parkinson, entre otras.
Es importante recalcar que tener una predisposición genética a una determinada enfermedad no significa que la persona vaya a desarrollarla necesariamente. Pero este autoconocimiento le brinda la oportunidad de adoptar medidas preventivas y buscar un seguimiento médico regular.
¿Cómo envejecer saludablemente y aumentar la longevidad?
Además de conocer tus predisposiciones y características genéticas, es importante adoptar algunos hábitos que ayuden a mantener la salud y el bienestar en todas las etapas de la vida, reducir los efectos del envejecimiento y tener una mayor longevidad. Mira algunas recomendaciones:
- Come sano y nutritivo
- Bebe mucha agua
- Practicar actividades físicas
- Duerma bien
- Protéjase del sol
- No fumar
- evitar las bebidas alcohólicas
- Cuida la salud emocional
- Busca estar más en contacto con la naturaleza
- hacer actividades agradables
- Visite a su médico con regularidad
Estos hábitos, además de proporcionar una mayor salud física y mental, ayudan a aumentar la longevidad y la calidad de vida.
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