El informe Ancestralidad Global de Genera presenta las regiones del mundo que hacen parte de tu ADN. Para ello, Genera cuenta con decenas de poblaciones y etnias de todos los continentes en su base de datos genéticos. Conoce un poco más de la historia genética y las curiosidades ancestrales de la Patagonia, en América del Sur. 

Historia genética de la Patagonia 

La región de la Patagonia se refiere al extremo sur de América Latina, que abarca partes de Argentina y Chile. La presencia de poblaciones aborígenes en la región data de hace más de 10.000 años, pero aún con esta distancia temporal, aún existen profundas similitudes genéticas entre los patagónicos actuales y los demás nativos de América del Sur. 

Por otra parte, algunos estudios relacionan características genéticas entre grupos nativos específicos en Oceanía y América del Sur, lo que indicaría algún contacto, o incluso descendencia, durante el asentamiento de estos últimos. 

Algunas de las tribus nativas de la Patagonia estuvieron al borde de la extinción por la llegada de los europeos, pero otras permanecieron relativamente soberanas en su territorio hasta mediados del siglo XIX, cuando los Estados de Argentina y Chile dominaron políticamente el área. 

Estos pueblos remanentes, que a pesar del dominio mantuvieron cierta autonomía, se abrieron al comercio, permitiendo el intercambio genético con los argentinos y chilenos de la región. 

Conoce algunas curiosidades que son una marca registrada del pueblo patagónico. 

Gigantes de la Patagonia 

Cuando los europeos llegaron por primera vez a la Patagonia, quedaron asombrados por la altura de los nativos. Incluso un cronista de esta primera expedición relató que “nuestras cabezas no llegaban ni a la cintura [del patagónico más alto que encontramos]”. 

Esto fue suficiente para producir, durante casi 300 años, ilustraciones y literatura sobre hombres patagónicos de 3 metros de altura. Ciertamente, los más escépticos se burlaron de estos relatos, y las expediciones de los siglos XVIII y XIX revelaron que los nativos en realidad medían poco más de 1,70 m. Eran, por lo tanto, en realidad mucho más altos que el promedio europeo en ese momento, pero aún lejos del gigantismo relatado. 

Calafate 

Los primeros habitantes de la Patagonia realizaban dietas basadas en la caza y la recolección. Entre los alimentos que se solían recolectar estaban las bayas que se encuentran en la región, como el calafate, una fruta originaria de la Patagonia, que da nombre a la ciudad de El Calafate. 

Estas frutas aún se consumen en la actualidad y se pueden convertir en mermeladas y jaleas, o fermentarse para producir chicha, una bebida alcohólica común en la región. Además, se utilizan con fines medicinales en las zonas rurales, en el tratamiento de la fiebre, la inflamación y la diarrea, o como tintura. 

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