Tanto el alcoholismo como el tabaquismo son considerados un problema de salud pública por los organismos de salud. Y a pesar de sus efectos nocivos, el consumo de alcohol y cigarrillos sigue siendo elevado en todo el mundo. ¿Podría la genética explicar por qué algunas personas tienen más dificultades para parar con estos hábitos?
En este artículo en el blog de Genera, encontrarás más información sobre los efectos perjudiciales del tabaquismo y del alcoholismo, y si estos hábitos pueden verse influenciados por la genética.
Efectos nocivos del tabaquismo y el alcoholismo
La Organización Mundial de la Salud (OMS) identifica el consumo de alcohol y cigarrillos como uno de los principales factores de riesgo para diversas enfermedades y problemas de salud.
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Además, no solo representa un problema para la salud física y mental de la persona, sino también para las personas de su entorno, como amigos y familiares, y para la sociedad en general.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPAS), el tabaco es responsable de la muerte de 8 millones de personas a cada año. De estas, 1,2 millón son fumadores pasivos, o sea, no fuman, pero están expuestos al humo del cigarrillo.
El humo del tabaco contiene más de 7 mil sustancias químicas, de las cuales al menos 69 son cancerígenas. El cáncer es una de las principales enfermedades causadas por el cigarro, y no sólo afecta los pulmones, sino también todos los demás órganos y tejidos presentes en el camino que el tóxico humo del cigarrillo recorre en el cuerpo humano: boca, tráquea, faringe, vejiga, hígado, páncreas, riñones y otros.
Por su parte, la consumación de alcohol también es un factor de riesgo para centenas de enfermedades y lesiones, como la cirrosis hepática, problemas cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, así como para disturbios mentales y comportamentales, incluso la dependencia química.
El alcohol es responsable de aproximadamente 3 millones de muertes en todo el mundo cada año, lo que representa alrededor del 5,3% del total de fallecimientos.
Cuando se combinan el alcohol y el tabaco, los riesgos se potencian de manera significativa. Además, para aquellas personas con predisposición genética a ciertas enfermedades, este riesgo se vuelve aún más elevado.
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¿Por qué las personas consumen alcohol y cigarrillos?
A pesar de conocer los efectos negativos que el consumo de alcohol y cigarrillos puede tener en la salud, muchas personas adoptan estos hábitos o no logran abandonarlos.
Hay muchos factores que pueden llevar al tabaquismo y alcoholismo, especialmente cuestiones relacionadas con la salud mental. La ansiedad, la depresión, la baja autoestima y el estrés, entre otros problemas, afectan la forma en que una persona enfrenta la vida, lo que puede hacer que ella desarrolle adicciones.
Las sustancias presentes en el alcohol y el tabaco pueden tener un efecto paliativo en los síntomas de malestar y en las consecuencias de enfermedades mentales, ya que después de su consumo, el cerebro libera sustancias químicas en el torrente sanguíneo que producen una sensación momentánea de placer y bienestar.
Tanto el alcohol como el tabaco pueden causar tolerancia a sus sustancias. Esto es, a lo largo del tiempo, se hacen necesarias cantidades cada vez más grandes para que se obtenga la misma sensación de placer. Y esto puede llevar a la dependencia química, caracterizada por el deseo incontrolable y por el consumo abusivo.
Sin embargo, no sólo las condiciones emocionales pueden influenciar en el consumo del alcohol y del cigarrillo. Los factores ambientales que aumentan el riesgo de tabaquismo y alcoholismo incluyen el ambiente familiar, el contexto cultural, el incentivo de amigos y el consumo precoz de estos productos.
Existe, aún, un factor importante que juega un gran papel: la genética.
¿Nuestro ADN tiene que ver con el alcoholismo y el tabaquismo?
Algunos científicos investigan desde hace décadas si, además de los factores ambientales, existen también factores de riesgo genéticos que influencian en la dependencia de alcohol y tabaco. Pero con la complejidad de estudiarse la genética, tales investigaciones se han vuelto más efectivas más recientemente, con todos los avances de la ciencia.
Determinados estudios más recientes han demostrado que, cuando se asocian con el sistema de recompensa del cerebro y la capacidad del organismo para absorber y procesar el alcohol y sustancias presentes en el cigarrillo, como la nicotina, algunos factores genéticos pueden estar relacionados con la dependencia.
Por ejemplo, el gen FAAH es responsable de una proteína que regula un importante neurotransmisor asociado con la sensación de recompensa. Una variación en este gen que disminuye la acción de esta proteína puede hacer que el individuo tenga predisposición al alcoholismo.
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El gen CHRNA5, por otro lado, que es responsable de una proteína involucrada en la transmisión rápida de señales entre neuronas, también participa en la producción de estructuras presentes en los receptores nicotínicos. Variaciones en este gen pueden hacer que el individuo tenga predisposición a la dependencia de la nicotina.
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